(La Vie ╔lectrique, 1892)
Historia del futuro
La ficci≤n sobre el futuro es asunto reciente para los modelos de la historia de la literatura: 200 a±os.
Si bien en su primer siglo tuvo pocos representantes, estos eran optimistas. Pensaban que el aumento de la industrializaci≤n traerφa bienestar y felicidad. Concordabam con Andrew Ure que en su "Philosophy of Manufactures" publicada en 1835, decφa: "la fabricaci≤n implica la idea de un gran robot, compuesto por varios ≤rganos intelectuales y mecßnicos, actuando en coordinaci≤n ininterrupta para la producci≤n de un objetivo com·n... En ese plan, el trabajador especializado serß en breve superado y substituφdo por simples vigilantes de las mßquinas". Las de Ure, que encuentran una perfecta traducci≤n en una pelφcula como "Metr≤polis", no eran una profecφa de pesadillas y si de un paraφso sobre la Tierra. El ·ltimo optimista fue Edward Bellamy. Su obra "Looking Backward" (de 1888) muestra Boston en el a±o 2000. Una utopφa
tecnol≤gica perfecta.
El futuro serß brillante con mßquinas o sin ellas. Los primeros siguen a Bellamy y los otros a William
Morris. Pero hay una tercera alternativa que empieza a tomar forma: las mßquinas son inevitables. El hombre no tiene como librarse de ellas. Y con ellas, el futuro serß cada vez peor. La previsi≤n es de H.G. Wells's que, en "The Time Machine", de 1895, inaugur≤ la era del miedo en relaci≤n al futuro. Sus libros posteriores siguen la misma lφnea. Esa manera de ver el futuro tom≤ cuenta del siglo XX. S≤lo basta ver que casi no se escribieron utopφas en los ·ltimos 90 a±os. El gΘnero simplemente desapareci≤. El cine, desde su comienzo, entr≤ en ese espφritu y nunca se libr≤ de Θl. Todo lo que se ha producido hasta la fecha muestra el futuro como un lugar de pesadilla. En el futuro, las ciudades serßn como fßbricas. El fin del siglo XIX asisti≤ a las ·ltimas manifestaciones de ficci≤n futurφstica en las que se ve el futuro como algo fundamentalmente igual al presente, solo que con mßs tecnologφa.
Antes del cine, el futuro s≤lo podφa representarse visualmente en las ilustraciones para libros y revistas. Lo mßs com·n en las ilustraciones futuristas del final del siglo 19 es que la vida sigue igual: se±oras bien vestidas van a las compras, vida movida en los bares, deportes etc. Lo que cambia es tan solo la parafernalia tecnol≤gica.
Con Wells, entramos en el siglo XX.
Se fue el tiempo de creer en el progreso. Toda la literatura futurφstica de los ·ltimos cien a±os estß impregnada de la idea de que el futuro es un lugar peligroso. Eso es dos veces aterrorizante. Primero porque lo que aguarda al hombre de hoy son dictaduras supereficientes y opresivas y segundo porque como se trata del futuro, y no de alg·n suceso en un planeta lejano, toda la situaci≤n es inevitable. Pero el futuro no es solo opresi≤n o parßlisis, hay tambiΘn la posibilidad de la total destrucci≤n del planeta. En "The War in the Air", de 1908, Wells ve Nueva York ser arrasada por dirigibles. Es dentro de ese clima que comienza el cine futurista.
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⌐ NEO Magazine 1995